sábado, 16 de abril de 2011

Capitulos 37 a 39

Capitulo 37
Sancho estaba sospechoso de la Dueña Dolorida que venía a buscar a don Quijote debido a cuentos que había oído sobre este tipo de personas que según él eran impertinentes y enfadadas. Doña Rodríguez una de las dueñas de la Duquesa dijo que todos los escuderos eran enemigos de ellas estaban en esa discusión cuando oyeron los tambores de nuevo que anunciaban la llegada de la Dueña Dolorida, que era la misma que la Condesa Trifaldi.

Capitulo 38
Entraron detrás de los músicos 12 dueñas. Luego entró la condesa _Trifaldi, todas las mujeres tenían cubierto el rostro con velos negros.Al ver la Dolorida que el _Duque, la Duquesa y don Quijote se adelantaban ella se puso de rodillas y agradeció que la recibieran. El duque la llevó y la sentó a la par de la Duquesa.La Dolorida dijo estar contenta de decir sus males ante don Quijote por toda la fama que él tenía. Este contestó que la ayudaría pues era su deber atender a los menesterosos y a quienes necesitaran de él.Doña Dolorida elogió también a Sancho, a todos los escuderos y Sancho respondió ante lo cual todos se reventaron de risa.La Dueña Dolorida contó que era la Dueña de la Reina Maguncia, quien tuvo una hija muy bella llamada Infanta Antonomasia. Todos los príncipes se enamoraban de ella, pero especialmente hubo un hombre que era poeta, bailarín y músico, hacía jaulas de pájaro, tenía muchos talentos.Este personaje que se llamaba Clavijo quería adueñarse de las llaves de la fortaleza y logró embaucar a ala Condesa Trifaldi para que le diera favores, lo cual lo logró. La Condesa Trifaldi que es lo mismo que la Dueña Dolorida, se sentía muy mal por esta situación, por haber sido engañada por los versos y los discursos de este poeta.La dueña le abrió las puertas a Clavijo para que se viera con la infanta Antonomasia y hasta que Clavijo, debido a la hinchazón del estómago de Antonomasia la pidió por esposa.

Caitulo 39
Sancho seguía hablando provocando la ira de don Quijote.Al fin, Clavijo tomó por esposa a la Infanta Antonomasia, lo cual provocó la ira de la Reina Maguncia que se murió a los tres días. Prosiguió con la historia la dueña Dolorida a petición de don Quijote-Según dijo, una vez enterrada la Reina apareció sobre un caballo un gigante Malambruno que apareció encima dela sepultura de la Reina. Era primo de la reina, además cruel y encantador dejando encantados a Clavijo y a Antonomasia en la misma sepultura. A la Infanta la convirtió en una jimia de bronce y a él en un espantaso cocodrilo de metal. También había una sentencia de metal con unos escritos.El encantador y gigante dijo la Dolorida la tomó a ella por los cabellos y quería cortarle la cabeza. Ella se defendió, le dijo muchas cosas al gigante y al final él desistió. El gigante hizo traer a todas las dueñas, considerándolas malas y dijo que recibirían castigo y les daría unas penas poco poco.Todas las dueñas sintieron como puntas de agujas por todos lados, dijo que las habían dejado como ellos lo iban a ver. Se quitaron los velos que cubrían los rostros y estaban llenos de barbas, de colores rubios , negras, etc.La Duquesa y el Duque estaban admirados, don Quijote sorprendido y pasmado y todos los presentes extrañados. Así dijo la Condesa Trifaldi las había castigado el gigante, ahora no tenían donde ir, nadie las podía contratar pues sus rostros estaban ásperos con esas barbas, dijo que sentían muy desgraciadas e hizo como que se desmayaba.

viernes, 8 de abril de 2011

Capitulos 34-36

Capitulo 34
El Duque y la Duquesa disfrutaban de las locuras de don Quijote y de las ocurrencias de Sancho y les extrañaba que Sancho se creyera lo del encantamiento de doña Dulcinea pues el había inventando todo.Los llevaron a Montería para hacerles una broma y gozar un rato con sus ocurrencias. Le dieron unos trajes para vestirlos adecuadamente para la caza, pero don Quijote no quiso usarlas pero Sancho si y se montó en su Rucio que no quiso dejarlo. Llegaron a un monte en medio de gritería de monteros y perros.Se bajaron de sus caballos, los duques sabían que habían jabalíes allí. Vieron venir uno crujiendo sus dientes. Don Quijote se adelantó para recibir el jabalíe, también el duque y la duquesa pero Sancho salió corriendo, se agarró de una rama, se quebró la rama y cayó al suelo.Sancho comenzó a dar gritos de miedo, don Quijote llegó a socorrerlo. Los otros agarraron al jabalí y después de esta aventura se fueron a comer las fiambres preparadas. A Sancho no le parecía gracioso la caza de jabalís, especialmente entre príncipes o personas como duques o gobernadores. Don {Quijote dio explicaciones a Sancho.Anochecía y oyeron gritos y ruidos, trompetas y clarines. Apareció un hombre vestido de demonio tocando un cuerno. Dijo ser el diablo y que buscaba a don Quijote porque en un carro traían a doña Dulcinea, que Montesinos lo buscaba para desencantar a doña Dulcinea.En cuanto mas anochecía veían mas luces por el bosque, mas ruidos, sonidos por todo lado de trompetas y otras cosas. Sancho se desmayó al oir todo eso. Apareció un carro con un viejo y dos vestidos de demonio, que daban miedo. El viejo dijo ser el sabio Lergandeo, luego vino el sabio Alquife, el tercer carro era el encantador Arcalús. Desaparecieron los ruidos después de pasar tres carros y se oyó música bonita que alegró a Sancho y a don Quijote.

Capitulo 35
Con la música apareció un carro como los llamados carros triunfales tirado de 6 mulas, muy adornado, tirado de 6 mulas y tenía un trono donde venía una ninfa con el rostro cubierto y mil velos, muy hermosa que no tenia ni 20 años.junto a la ninfa venía otra moza cubierta con velo negro, pero la música cesó al estar al frente de los Duques. Cuando la moza se quitó el velo era la figura de la muerte. Don Quijote y _Sancho tuvieron miedo y los Duques también mostraron miedo.La muerte comenzó a hablar y dijo ser Merlin el padre de la magia que se había enterado del encantamiento de doña Dulcinea que se convirtió de bella dama en fea. Dijo cosas agradables de don Quijote pero también que para desencantar a doña Dulcinea Sancho tenía que recibir 3000 azotes. Sancho protestaba y don Quijote le ordenó que debía hacerlo.Merlin dijo que los azotes no los podía recibir contra su voluntad, tenían que ser cuando él quisiera. Sancho seguía dando razones para no hacerlo y de pronto la ninfa se quitó los velos y dejó ver su hermosura.La ninfa, que supuestamente era doña Dulcinea, se dirigió a Sancho y le dijo todo tipo de cosas que podría hacer y que se mirara en sus ojos y que hiciera lo que se le ordenaba por el alma de su pobre amo.Sancho seguía negándose a ser azotado y también estaba extrañado de todas las palabras que usaba la ninfa que supuestamente era doña Dulcinea. Siguió Sancho dando razones y usando refrenas hasta que el Duque le dijo que si no hacía lo que se le pedía no sería gobernador.Pidió Sancho dos días para pensar su decisión pero Merlin dijo que no, si no había azotes Dulcinea volveria a la cueva de Montesinos y a su estado de la bradora. Le volvieron a suplicar y Sancho preguntó por qué le habían dicho que Montesinos venía y todavía no lo habían visto.El diablo contó una historia para justificar la ausencia de Montesinos, Al final dijo que se daría los 3000 azotes pero cuando él podía y quisiera, poco a poco; pero sin ponerle tiempo y porque doña Dulcinea contrario a lo que él pensaba era muy hermosa.También dijo que no se sacaría sangre con los azotes, que él los contaria y que no lo vigilaran pues como Merlin lo sabia todo podía contarlos. Puso condiciones y aceptó darse los azotes.
dijo eso Sancho y sonó música y toda clase de cosas, don Quijote abrazó a Sancho, lo besó mis veces y también lo felicitaron los Duques. Llegó el alba, todos estaban felices y los Duques disfrutaban de sus burlas a Sancho y a don Quijote.

Capitulo 36
El que hizo de Merlin en la broma que le jugaron a don quijote fue el mayordomo. Un paje hizo de Dulcinea. Este mayordomo ordenó otra broma, mientras tanto la Duquesa preguntó a Sancho sobre el cumplimiento de los azotes. Como Sancho se daba los azotes con la mano ella pensó que debían ser más fuertes.Sancho le enseñó a la Duquesa una carta que le enviaría a doña Teresa Panza en donde le decía todo lo que ella tendría cuando el fuera gobernador de la Insula y además que se hab{ía ganado el ser gobernador por los 3000 azotes que se debía dar por desencantar a doña Dulcinea.La Duquesa enseñó la carta de Sancho al Duque y mientras gozaban un rato oyeron el sonido triste y melancólico de dos tambores destemplados. Don Quijote estaba alborotado, Sancho con miedo. En eso vieron entrar a dos hombres vestidos de luto, un pífaro y luego personajes agigantado y cubierto el rostro con velo negro. El personaje se hincó ante el duque, dijo llamarse Trifilín el de la barba blanca.Este trifilín era el escudero de la Condesa Trifaldi, quien quería contarle todas sus penas a don Quijote para que le ayudara. Dijo que la duquesa también era conocida como Dueña Dolorida. Estuvo de acuerdo el Duque de que entrara la Duquesa Trifaldi y alabó a don Quijote por la fama que tenia y por ser tan buscado.Don Quijote estaba orgulloso, deseaba que el sacerdote estuviera allí para que viera la importancia de la ca ballería y de los caballeros andantes y pidió que entrara la señora a contarle sus cuitas.

sábado, 2 de abril de 2011

Capitulos 31-33

Capitulo 31
Sancho soñaba con los cuentos que le había hecho don Quijote de tener una insula, de riquezas y en compañía de doncellas y duquesas. Llegaron con los duques a la casa de ellos, se bajó la Duquesa y aparecieron las doncellas.
Todos hicieron elogios a los caballeros andantes y don Quijote se las creyó. Sancho dejó al Rucio y entró con la Duquesa y le dijo a una doncella que le pusiera el Rucio en una caballería. Esta no estaba de acuerdo , se enojó por el pedido de Sancho, tuvieron un altercado.
Al fin el Duque aseguró a Sancho que cuidaría de su asno. Las doncellas cuidaron de don Quijote, lo asearon y pusieron camiseras limpias aguantando la risa de verlo. Mientras tanto don Quijote le dio un sermón a Sancho de cómo comportarse-
Una vez listos llegaron 12 pajes para llevarlos a la cena, todo era con mucha cortesía hacia don Quijote que impresionaba a Sancho. Este quiso contar un cuento aunque don Quijote le había advertido que no dijera tonterías.
Al fin Sancho empezó un cuento diciendo muchos detalles, don Quijote quería callarlo pero la Duquesa le dijo que continuara. El cuento era sobre la discusión de un hidalgo y un labrador en cuanto en donde debían sentarse en la mesa, hasta que el hidalgo forz{ó al labrador a sentarse en el lugar que él dijo.
Ese cuento con grandes detalles le pareció apropiado a Sancho contarlo allí pues había sucedido algo similar en la casa del Duque a la hora de la cena. Don Quijote se puso de mil colores, todos tenían risa, la Duquesa cambió de tema preguntando por doña Dulcinea.
Don Quijote dijo que seguía encantada, convertida en labradora por un encantador, estaba fea. Al oir los cuentos de encantamiento de doña Dulcinea, un eclesiástico que estaba en la casa del Duque se dio cuenta de que ese era don Quijote y seguía con sus locuras.
El eclesiástico dio un regaño a don Quijote por andar con tantas tonterías y sandeces, lo mándó de vuelta a casa, lo reprendió por hablar tantas boberías de caballeros andantes, dulcineas encantadas y otras cosas más.

Capitulo 32
Don Quijote temblaba de rabia por lo que le había dicho el clérigo, estaba bien enojado. Se defendía de las ofensas y justificaba la caballería. Los asistentes reforzaban sus locuras, pero el clérigo no quería seguir con ese juego.
Seguían los intercambios entre el _Duque y don Quijote, Sancho diciendo historias que causaban risa en la Duquesa. En medio de todo eso una doncella inició una ceremonia lavando la barba a don Quijote, lo enjabonó montones, lo dejó así y fueron luego por agua y todos se morían de risa de verlo.
El Duque para seguir el juego también ordenó que lavaran sus barbas, pero le dijo a la doncella que cuidado lo dejaba enjabonado. Sancho pensaba que esta era una ceremonia especial y que a lo mejor también a el le lavarían las barbas.
La duquesa pidió a don Quijote describir a doña Dulcinea, el habló de su belleza y sus cualidades pero también dijo que ahora estaba encantada. Que un encantador la hab{ía convertido en una labradora fea y tosca.
La Duquesa, después de oir las descripciones de doña Dulcinea dijo a don Quijote que eso parecía producto de la imaginaci{ón de don Quijote, El Duque no le sonaba el linaje de doña Dulcinea. Al fin dijeron que creerían en que doña Dulcinea existía.
Don Quijote siguió defendiendo el linaje de doña Dulcinea contra las historias de Sancho de que era una labradora y como la encontró en el campo trabajando. Dijo que todo se debía a las simplicidades y lo gracioso que era Sancho.
En medio de esa discusión oyeron un griterío que eran gente de la cocina con sartenes y otras cosas que deseaban lavar las barbas de Sancho. Al preguntarles la Duquesa lo que pasaba ellos dijeron que Sancho no quería dejarse lavar las barbas como era la usanza.
Sancho dijo que sí quería pero con toallas limpias y buen jab{ón. Dijo –Sancho también que le daría un puñetazo a quien lo obligara a lavarse sus barbas, tenia mucha cólera y provocaba la risa de la Duquesa.
Don Quijote salió en defensa de Sancho, hablando de su limpieza y pidiendo lo dejaran en paz, también la Duquesa hizo lo mismo y todos se fueron. Sancho agradeció a la Duquesa con gran cortesía. Se fueron a hacer una siesta, pero la Duquesa le pidió a Sancho que la acompañara a ella y a las doncellas a pasar la tarde en una sala fresca.
Capitulo 33
Sancho se sentó junto con la duquesa y las doncellas en una sala pues la Duquesa quería saber todo de doña Dulcinea, la carta que le envió don Quijote y que Sancho no la entregó, lo del encantamiento y otras cosas.
Sancho se puso a hablar y dijo que don Quijote era un loco de remate, que él le hacía creer a don Quijote que entendía lo de los encantamientos y otras cosas. La Duquesa pensó que si don Quijote era un loco y Sancho lo seguía pues Sancho estaba tan loco como don Quijote.
Sancho seguía hablando usando muchos refranes y dichos , pidiendo acerca de la insula prometida y en ser Gobernador. La Duquesa le aseguró que tendría su Insula y éste prometió que ayudaría a los pobres y sería un buen gobernador.
Sancho también le contó a la Duquesa la historia de Dulcinea en la cueva de Montesinos, sigueron discutiendo acerca de si los encantamientos eran verdad o no. Finalmente Sancho se fue a descansar no sin haber provocado muchas risas en todas por sus cuentos. Pidió que le protegieran a su Ruscio y que se le llevaría con el cuando estuviera en el gobierno de la insula, lo cual provocó la risa de la Duquesa.